28/7/10

La intensidad de un testimonio que atrapa


Estoy volviendo a
"El corazón de las tinieblas" de la mano de Marlow, no voy a gastar palabras enciclopédicas que ilustren este genial relato, podéis encontrar datos suficientes en cualquier lugar. La fuerza flotante, misteriosa a la vez que directa, nebulosa y profética, de estilo arrollador, hacen de esta una narración mítica e inolvidable que sólo un genio valiente, inquieto como Joseph Conrad podría perpetuar. Aquí un conocido fragmento.


" La tierra parecía algo no terrenal. Estamos acostumbrados a verla bajo la forma encadenada de un monstruo dominado, pero allí, allí podías ver algo monstruoso y libre. No era terrenal, y los hombres eran... No, no eran inhumanos. Bueno, sabéis, eso era lo peor de todo: esa sospecha de que no fueran inhumanos. Brotaba en uno lentamente. Aullaban y brincaban y daban vueltas y hacían muecas horribles; pero lo que estremecía era pensar en su humanidad -como la de uno mismo-, pensar en el remoto parentesco de uno con ese salvaje y apasionado alboroto. Desagradable. Sí, era francamente desagradable; pero si uno fuera lo bastante hombre, reconocería que había en su interior una ligerísima señal de respuesta a la terrible franqueza de aquel ruido, una oscura sospecha de que había en ello un significado que uno -tan alejado de la noche de los primeros tiempos- podía comprender. ¿Y por qué no? La mente del hombre es capaz de cualquier cosa, porque está todo en ella, tanto el pasado como el futuro. ¿Qué había allí, después de todo? Júbilo, temor, pesar, devoción, valor, ira -¿cómo saberlo?-, pero había una verdad, la verdad despojada de su manto del tiempo. Que el necio se asombre y se estremezca; el hombre sabe y puede mirar sin parpadear. "

El corazón de las tinieblas
Joseph Conrad

No hay comentarios: