7/12/11

un poema de Eduardo García

PARA NO RENUNCIAR AL ENTUSIASMO

Soñar despiertos siempre
para que los insectos de la herrumbre nos permitan tejer sin telarañas
para ser el hervor la levadura
y no el cemento gris que repta por los muros
pan crujiente en el horno del sol del mediodía fruta madura vértigo
y nunca más sedientos de imposible
reconocernos en el barro de un parabrisas sucio
soñar despiertos siempre
olvidar el autobús cautivo de su ruta el maquinal semáforo los maniquíes ciegos
abandonar el dique seco de los formularios la astucia del burócrata destilando en la tinta su cianuro
dar la espalda sin miedo a cuanto esperan de nosotros aquellos que veneran dos tristes palmos de suelo bajo sus pies
porque es vasta la tierra y a nadie pertenece su clamor
como nadie puede calcular la trayectoria de una grieta en un témpano de hielo
pero ahí está
desafiando la maquinaria de los astros
fiel a su andadura irregular a la belleza
de lo que niega toda simetría soñar
como rasga el torrente la maleza felino por instinto
despreciando
la fría servidumbre de los surtidores el agua encadenada a geometría
soñar despiertos siempre
para no obedecer la ley del amo las consignas
de los ventrílocuos feroces acudir
al futuro que llama a nuestra puerta pidiendo realidad
porque podemos esculpir la vida verdadera
escuchar la llamada de los sueños para rendir la piedra a nuestro afán
abrir surco en las calles sembrándolas de estrellas y de pájaros
de alamedas de cisnes regueros de palomas corrientes submarinas
una extensión de labios que sonríen de juncos que se mecen de amazonas
soñar despiertos siempre
para no renunciar al entusiasmo
y que el hombre no olvide su vocación de nube el súbito
resplandor incendiando su mirada
alfarero del mundo comadrona
que asiste al parto de sus propios sueños.


De La Vida Nueva

Visor, madrid 2008


http://www.eduardogarcia.eu/


Eduardo García nace en São Paulo en 1965, hijo de españoles. Vive pues su primera infancia a caballo entre dos lenguas. Permanece en Brasil hasta los siete años, edad en la que su familia decide regresar a España. Se traslada entonces a Madrid, ciudad donde transcurre su adolescencia y primera juventud. Cursa allí la Licenciatura en Filosofía, especializándose en Estética. Profesor de Filosofía, obtiene en 1991 una plaza en Córdoba, donde reside en la actualidad.

Como poeta es autor de los libros Las cartas marcadas (1995), No se trata de un juego (1998; 2ª ed. 2004), Horizonte o frontera (Hiperión, 2003), Refutación de la elegía (Antigua Imprenta Sur, 2006) y La vida nueva (Visor, 2008). Ha reunido una selección de su obra en Las acrobacias del deseo (2009) y Casa en el árbol (San José de Costa Rica, 2011). Recientemente ha publicado Antologia pessoal (ed. bilingüe, Brasilia, 2011), una amplia muestra de su poesía traducida al portugués.

Por su libro No se trata de un juego recibió el Premio Hispanoamericano de Poesía «Juan Ramón Jiménez», así como el Premio «Ojo Crítico» de Radio Nacional al mejor libro de joven poesía del año. Horizonte o frontera obtuvo el Premio Internacional de Poesía «Antonio Machado en Baeza». Su último libro, La vida nueva, ha recibido el VI Premio de Poesía «Fray Luis de León».

Su obra ha sido recogida en numerosas antologías de poesía última española: La generación del 99 (José Luis García Martín, 1999), Pasar la página (Manuel Rico, 2000), la bilingüe Poesía espanhola, anos 90 (Joaquim M. Magalhães, Lisboa, 2000), Yo es otro, autorretratos de la nueva poesía (Josep Mª Rodríguez, DVD, 2001), La lógica de Orfeo (Luis Antonio de Villena, Visor, 2003), Última poesía española (1990-2005) (Rafael Morales Barba, Clásicos Marenostrum, 2006) y Diez poetas de los noventa (Luis Alberto de Cuenca, Madrid, 2008), entre otras.

Ha cultivado el ensayo sobre el fenómeno poético en sus libros Escribir un poema (2000, 2003; 3ª ed. El Olivo Azul, 2011) y Una poética del límite (Pre-Textos, 2005), donde ofrece una puesta al día en profundidad de nuestra actual concepción de la poesía a la luz de las ciencias humanas, la estética y el psicoanálisis contemporáneos.

Premio Nacional de la Crítica 2008 por su poemario La vida nueva.

No hay comentarios: