13/7/11

Perfil del genio romántico (Hegel)

Hegel negará que puedan formularse reglas, preceptos, para la producción artística porque no se puede hacer una obra de arte simplemente ajustándose a unas normas. En su opinión, sólo los trabajos mecánicos se hacen así, pero no los trabajos creativos, y menos aquellos que son la manifestación concreta del espíritu. Esta convicción le lleva a hablar de los artistas geniales. En un pasaje concreto, llega Hegel a dibujar claramente el perfil del genio: es alguien que además de ser artista se siente artista y da a su vida misma una forma artística. El genio - explica Hegel- mira a los otros de arriba abajo, se cree en un plano superior, y todo lo que está por debajo es vulgar y mediocre. Los hombres normales se preocupan por pequeñeces, cosas que para el genio no tienen la menor importancia y que, en cambio, para el resto de los mortales parece ser algo esencial. La manera de expresar esa actitud del genio, que lo ve todo como sonriéndose, como quien mira una nimiedad y se ríe de su insignificancia, es la ironía, la famosa ironía romántica, claro síntoma de su superioridad intelectual. Al genio sólo le satisface contemplarse a sí mismo, disfrutar de lo que él es capaz de hacer y de sentir. Por eso Hegel destaca la vanidad de este personaje que se cree una divinidad. El genio es incapaz de salir del aislamiento de su interioridad, y puede ser que en algún momento aspire a hacerlo porque no se sienta del todo satisfecho contemplándose a sí mismo y quiera interesarse por otras cosas. Pero es imposible: nunca consigue sentirse atraído por nada que no sea él mismo. Esto provoca una tristeza, un hastío de todo, la insatisfacción total. Hegel describe este estado como el de "una hermosa alma muriendo de hastío".

11/7/11

Tabaquería