Poema nacido hoy en movimiento, tras un verano sin escribir, que se suma a otro ciclo reciente, entre trenes y minutos robados a la vida.
De algún modo
anduve fingiendo
bajo la confusa luz
de días iguales.
¿En qué momento
sucumbiste
y lo dejaste todo ir,
como si no importase nada
el hueco del arte
en tu existencia?
Recuerda que,
al bajar del coche,
tenías que callarte
para evitar problemas
de niños peleando
o mayores al borde del abismo.
Nadie sabía cuidarse,
te sentías
responsable de todos,
como si el mundo dependiera
de tu exacto silencio.
Ella no lo sabe,
ni lo sospecha.
Todo este tiempo es mentira:
reo inmediato de su queja,
no haces más
que enterrarte en vida,
postergando un camino
ya fraguado de letras
al que no terminas de entregarle
tu verdadero tiempo,
tu voz.
Hablar de ti
es hablar de otro,
como si el extraño latido
de tu historia
se apagase.