18/1/12

Los solipsistas afirman
que nadie más existe,
pero siguen escribiendo... para otros.

Los conductistas sostienen
que los que piensan no aprenden,
pero siguen pensando... sin desanimarse.

Los subjetivistas descubren
que todo está en la mente,
pero siguen sentándose... en sillas de verdad.

Los seguidores de Popper niegan
la posibilidad de probar,
pero siguen buscando... la verdad.

Los existencialistas afirman
que están completamente desesperados,
pero... siguen escribiendo.


W. H. Auden

13/1/12

Oriente, Le grand tour, Lo otro

(Resumen)

El presente trabajo se refiere al Oriente como imagen nacida gracias a experiencias de estudiosos orientalistas que viajaron entre la segunda mitad del siglo XVIII y todo el XIX. Se trata de una visión nueva de la realidad que aporta imágenes y fantasías diferentes en lo que se llamó Le Grand Tour, una experiencia viajera intensa, diferente, liberadora, repleta de imágenes oníricas y pulsiones que abren nuevos horizontes sensoriales fascinando al viajero occidental , es la visión desde occidente de lo “Otro”, la propia idea y el sueño de Oriente que aporta una nueva visión existencial, una apertura vital que cambia la manera de mirar del visitante europeo.

Byron se fijaba en el “oriente turco, de las navajas, de las ropas albanesas, de las ventanas cerradas frente al mar”. Flaubert prefería “el Oriente de los beduinos, de los desiertos, de las profundidades Africanas, con cocodrilos, camellos y jirafas”.

El siglo XIX se considera el núcleo de transformaciones y de aportaciones respecto al contacto entre los dos mundos. La campaña de Napoleón en Egipto (1798) determina el inicio del llamado “Resurgimiento Árabe” (Nahda), aunque las premisas ya se encontraban en Estambul. París se convierte pronto en el centro propulsor de la nueva conquista, abriendo numerosos centros de estudio.

Se cree que la alocución “viaje a Oriente” apareció por vez primera en las palabras del criador de la primera y utópica visión oriental Alphonse De Lamartine, en sus Souvenirs, impressions, pensées et paysages pendant un voyage en Orient (1835). Víctor Hugo hace referencia en 1829 en Les Orientales.

Orientalismo. No sólo quien se dedica al estudio de los países y culturas orientales, sino también quien se deja fascinar hasta considerar “el otro” meta de desahogos fantásticos y sueños de huyas existenciales, como lugar por antonomasia donde proyectar el deseo imposible. Lujosos paisajes, erotismo, misterio, abundancia y fuerza militar. El orientalista por antonomasia es como irónicamente decía Flaubert en el Dictionnaire des ideés reçues, quien “haya viajado mucho”.

Flaubert junto a Edward Said, quien escribió una obra capital titulada Orientalismo, son los representantes más significativos de la compleja y larga aventura europea hacia el nuevo mundo.

El viaje a Oriente forma parte de una exigencia íntima que muchos artistas advierten respecto a su formación. Es una aventura que siempre sucede dentro de distintos parámetros dentro de los cuales el Oriente se va reinterpretando y reviendo: Said habla de una “forma de reestructuración romántica” del Oriente.

La liberación desde los vínculos burgueses y los sesos de CULPA conectados a la sociedad de origen llevan a Flaubert, y con él muchos, de Conrad a Gide, a hacer del oriente un lugar de EXPERIENCIAS NUEVAS, anómalas, pero con las cuales se libera un proceso de recreación de personalidad y obra. La idea misma de creatividad parece conectada a la LIBERACIÓN ofrecida por el Grand Tour.

Según Said Sawman el Oriente es una invención de la mente europea, una construcción ideológica que no corresponde a una precisa realidad histórica y cultural.

El paradigma Rimbaud-Gauguin, dos genios que escaparon de Occidente tras haber derramado su genio precoz, será una constante, es decir, se va hacia oriente para encontrar a un “otro” mundo, porque ya se odia a Occidente, porque ya se quiere huir de la propia cultura madre. El concepto de “Otro” es crucial, el oriente puso raíces en Europa para todo un siglo, llegando a ser punto de meditación a cerca de lo que significa “Otro”

Citaremos a Paul Klee, Flaubert y Anaïs Nin para terminar este resumen. En sus obras hay constancia de sus viajes a oriente. Flaubert en Salambó estableció el cliché de la cortesana oriental tal y como él la había percibido. Anäis Nin profundizó más en la esencia y en los secretos de Oriente en sí sin dejarse llevar por el estereotipo sino interiorizando perfumes, sonidos, lenguajes, metáforas escondidas, fundiéndose con el “otro” de forma natural. Otro tanto podría decirse de Klee.



Bibliografía

Abdur Raheem: Orientalism in Lord Byron´s ´Turkish Tales´The Giaour (1813), The Bryde of Abydos (1813), The Corsair (1814) and The Siege of Corinth (1816)

Anais Nin: Il Diario-v II (traducción italiana) 1934-1939 Ed. Laterza 1983

Attilio Brilli: Il viaggio in Oriente, Capitolo 1. I veli dell´Oriente, Capitolo 2. I confini del desiderio, pag. 23-26, Ed. Il Mulino

Edward Said: Orientalismo (traducción italiana), Ed. Bollati Boringhieri, 1991

Erdmute Heller y Hassouna Moshabi: Dietro il velo, Amore e sessualità nella cultura araba (traducción italiana), Ed. Laterza 1996

Gustave Flaubert: Cinq lettres d´Egypte, Ed. Mil et une nuits, 2002


José Antonio Pamies

Diciembre, 2010


Poema-ejercicio anexo sugerido por el trabajo

http://creacionenmarcha.blogspot.com/2011/01/abrazado-lo-otro.html




















7/1/12

9 de octubre

No pienso en mí. Pienso en mí en los demás, en su hostilidad documentada. Pienso en mí en el amor de Sara.
Un lazo en el que el lazo es el arma.


12 de octubre

Debo perder la costumbre de ejercer mi pensamiento.
Algún día, recobraré mi pluma, mi voz.
¿Sabré emplearlas?
La página blanca es página de paciencia.
Sombra gigantesca.
Sombra de las sombras desparramadas por el mundo.
La noche es una mariposa nocturna en la noche de las lámparas.

(De diario de Yukel)

7 de marzo
No escribiré nada acerca de lo que he visto. Escribo al pie del instante que esquivo, a rastras
de una pregunta preñada de preguntas.
El mar es mi casa.
No escribiré nada acerca de la calle, el follaje del árbol ahogado.
No escribiré nada acerca de la bestialidad de los hombres, la palabra profanada.
Inocente y culpable, distanciada en el corazón y en los ojos de mi padre y de mi madre,
por una resurgencia de demencia
cuyas gradas son las piedras calcinadas.
Sola, en mi terror a mirar por encima de la tapia.
Sola, en mi penumbra obstinada.

(De diario de Sara I)






Universo de mi quehacer en el que, como perlas de sudor en un pecho moreno, brilla la sed, ¿sabré distraer
de la aurora la página por escribir,
por enfriar con palabras precavidas, mejores que el agua bajo la roca?
La muerte posee la suavidad de la sombra. La sed se contenta con su cama.
Escribo mientras se despliega la noche.


Edmond Jabès