o tu nombre, lector
fugaz sobre la página,
anónimo y humano,
como un punto y aparte
perdido en este dique
de palabras recónditas,
huidizas
como tardes de invierno
Laboratorio espontáneo: fragmentos, borradores y notas del proceso.
Poema nacido hoy en movimiento, tras un verano sin escribir, que se suma a otro ciclo reciente, entre trenes y minutos robados a la vida.
De algún modo
anduve fingiendo
bajo la confusa luz
de días iguales.
¿En qué momento
sucumbiste
y lo dejaste todo ir,
como si no importase nada
el hueco del arte
en tu existencia?
Recuerda que,
al bajar del coche,
tenías que callarte
para evitar problemas
de niños peleando
o mayores al borde del abismo.
Nadie sabía cuidarse,
te sentías
responsable de todos,
como si el mundo dependiera
de tu exacto silencio.
Ella no lo sabe,
ni lo sospecha.
Todo este tiempo es mentira:
reo inmediato de su queja,
no haces más
que enterrarte en vida,
postergando un camino
ya fraguado de letras
al que no terminas de entregarle
tu verdadero tiempo,
tu voz.
Hablar de ti
es hablar de otro,
como si el extraño latido
de tu historia
se apagase.
Mi abuelo escondía su zurda
entre los pliegues de la costumbre.
La escuela le torció los dedos,
y aprendió a obedecer con la derecha.
Yo nací con la misma inclinación,
pero me enseñaron a rectificar.
Durante años escribí con otra mano,
como si mi cuerpo no supiera lo que era.
Hoy, en formas nuevas,
cuando nadie me dice cómo hacerlo,
la zurda vuelve, como un animal
que recupera su camino.
Tus palabras y tus gestos,
en su veneno inconsciente,
han venido a decirme esta tarde
que te marchas.
El infierno debe parecerse
a una noche muda de rencor
como la que ahora mismo siento.
Quisiera hablarte bien frente al espejo
y decirte, con voz callada,
lo mucho que siento tu dolor.
Tú no lo sabes aún,
pero ese hartazgo de vivir
mantiene en vilo esta pulsión suicida
que nunca manifiesto contigo.
Solitario rozo el frenesí,
contemplo el cielo rosado
bajo la tarde herida.
Un viento sin nombre
acaricia la última luz,
y todo cuanto anhelo calla.
(noche del mes de junio)
(A René-Guy Cadou)
Poeta de nombre claro como un guijarro en medio de la corriente,